Exposición en la Tercer Reunión del Foro para
la Reforma Política
por Eduardo Roca - 3°
Reunión del Foro para la Reforma Política
Mi idea es que en el piso social y político tan riesgoso
en que estamos moviéndonos, las instituciones públicas heredadas
- cualquiera haya sido o sea el comportamiento de sus integrantes - han sido
y siguen siendo la última defensa de los derechos y garantías
de la población que aspira a que la vigencia de las leyes les permita
trabajar. De manera que su cuidado es cuestión esencial, de primera necesidad,
para cada uno de nosotros. A ello, creo que debe agregarse que, en lo cotidiano,
sobre las instituciones que componen el poder judicial, recae la inevitable
adopción de decisiones que por inercia, incompetencia o malicia los otros
poderes no han sabido o querido adoptar.
No está al alcance del ciudadano individual corregir
por el mismo esa situación en el plano inmediato. Si lo está,
el participar asociado con otros en acciones de conjunto que intenten que las
instituciones que existen no solo estén bien estructuradas legalmente
sino que sean integradas con personas que puedan hacerlas funcionar correctamente,
cualquiera sea su conformación actual. Más que una posibilidad
o un deber es vital auto defensa. No basta con expresar la insatisfacción
o la protesta que provoca la situación actual, utilizando el simple recurso
del alejamiento de la cosa pública mediante diferentes maneras como,
por ejemplo, el voto protesta, sino que, hoy más que en ningún
otro momento, es reprobable dejar de usar los mínimos recursos legales
al alcance del ciudadano común. Por otro lado, la participación
en las O.N.G. es un mecanismo supletorio pero no decisivo.
Tal situación hace, pues, imprescindible que cada
ciudadano, cada entidad compuesta por personas angustiadas por lo público,
coloque parte esencial de su atención y actividad, en mejorar el desenvolvimiento
de las instituciones que integran el Poder Judicial, en todas las jurisdicciones
de la República, tanto en la federal como en la provincial o municipal.
En el caso de las diferentes instituciones que componen
el Poder Judicial, uno puede advertir un comportamiento social contradictorio.
Por un lado, algunas de ellas como la Corte o la justicia penal federal (no
abro juicio personal) figuran en las encuestas con muy bajos niveles de respeto
pero, al mismo tiempo, todos los sectores procuran obtener decisiones o reclamos
judiciales favorables. A veces, reitero, parecería que en la República
Argentina la única autoridad capaz de tomar alguna decisión es
la de los jueces.
Como la creación del Consejo de la Magistratura y
el Jurado de Enjuiciamiento ha sido el intento de solución que la sociedad
organizada ha dado el grave problema de la designación de sus integrantes,
no cabe duda que su funcionamiento está inscripto en la agenda primordial
de los argentinos. Desde luego, han existido reacciones; las primeras las de
entidades como Forex o periódicos institución como el diario “La
Nación”. También los organismos específicos como
la Federación de Colegios Públicos de Abogados o el Colegio de
Abogados de la Ciudad de Buenos Aires.
Ahora bien, para obtener resultados prácticos corresponde
distinguir entre los diferentes planos de acción posible: uno, el que
se refiere a la posible modificación de los Arts. 154 y 155 de la Constitución
Nacional, otro el que hace a la modificación de las leyes 24.537 y 24.939
y un tercero que corresponde a lo que el Consejo o el Jurado pueden realizar
dentro de sus facultades por vía reglamentaria o por decisiones de casos
concretos. Por lo que en cada plano correspondería modalidades de actuación
diferentes.
La reunión convocada por el Foro para la República
es un acto que se inscribe en esa imprescindible actividad reformadora y de
discriminación de los objetivos posibles.
Dr. Eduardo Roca. [ C.V.
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