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Kirchner debuta en la cumbre de la ONU
Por Martín Rodríguez Yebra La Nación
Kirchner debuta en la cumbre de la ONU No podía ser más dramático el momento que le tocó a Néstor Kirchner para debutar en una cumbre internacional. Apenas aterrice mañana al amanecer en Nueva York se encontrará entre más de 100 presidentes que viajan a la sede de Naciones Unidas para discutir el nuevo papel de una institución esmerilada desde el ataque de los Estados Unidos a Irak. Kirchner establecerá una firme defensa de la comunidad internacional como garantía de la seguridad, en una asamblea teñida por el aún irresuelto conflicto en Irak. Se sabe que el presidente George W. Bush abrirá las sesiones de la 58a. reunión anual de la ONU con un pedido de apoyo militar para la posguerra. En ese punto, Kirchner fijará un concepto firme: la Argentina peleará por el multilateralismo y rechazará eventuales reclamos de envíos de tropas para actuar en Medio Oriente. "Sólo se analizará integrar misiones de paz si es bajo una resolución del Consejo de Seguridad de la ONU", indicó una fuente de confianza del canciller Rafael Bielsa. La Argentina está más cerca de la postura francesa, que quiere apurar el traspaso del poder a los iraquíes con supervisión internacional. El borrador del discurso que llevará el Presidente a Nueva York incluye duras críticas a la decisión de Estados Unidos de atacar Irak sin soporte jurídico de la ONU. El tono de esa exposición -será el jueves, a las 11- condicionará la relación entre su gobierno y la Casa Blanca. Kirchner y Bush se verán las caras mañana, pero sólo se prevé un saludo protocolar durante la recepción que el anfitrión ofrecerá a todos los presidentes en el Museo de Historia Natural. El respaldo de Bush resultó determinante para que el Fondo Monetario Internacional (FMI) acordara con la Argentina. Kirchner jura que no existe un compromiso oculto a cambio de esa ayuda. La relación bilateral se resintió desde que la Argentina integró el grupo de 22 países que frustró la reciente cumbre de la Organización Mundial de Comercio, en Cancún, al oponerse a las reglas que proponen las naciones industrializadas. Los ecos de Cancún se oirán en Nueva York. Kirchner incluirá en su discurso referencias a la necesidad de "humanizar" el comercio y a la necesidad de convertir en prioridad global la lucha contra la pobreza. El jueves, Kirchner dará otro examen en su posicionamiento mundial cuando hable en el Council of Foreign Relations, influyente "think-tank" de la política exterior norteamericana. Vaivenes con Brasil Otro eje decisivo para Kirchner durante la asamblea será empezar a reformular la relación con Brasil, maltrecha a partir de la actitud distante del presidente Luiz Inacio Lula da Silva durante las negociaciones de la Argentina con el FMI. Bielsa lleva una oferta para su par brasileño, Celso Amorim, en un tema delicado. A cada país le toca ocupar un año, en forma rotativa, un sillón en el Consejo de Seguridad de la ONU, entre 2005 y 2006. La Argentina quiere crear una "banca regional", que lleve a dos años el plazo de participación argentino-brasileña en ese cuerpo. Brasil persigue obtener un lugar permanente en el Consejo a partir de una futura ampliación, pero la Argentina aspira a que el Mercosur ocupe ese cargo, que otorga un poder de negociación nada despreciable. A un intento conciliador, se pegará una gestión que irritará a Itamaraty. Kirchner almorzará el miércoles con el presidente de México, Vicente Fox, con quien está por cerrar un acuerdo estratégico de libre comercio. En Nueva York, el Presidente conocerá al secretario general de la ONU, Kofi Annan, y volverá a verse con el canciller alemán, Gerhard Schröder. Se especula con que la senadora Cristina de Kirchner se reunirá con la ex primera dama norteamericana Hillary Clinton. Los últimos días de la visita incluyen un gesto de significación política interna: Kirchner participará el viernes de una ceremonia por el año nuevo judío en una sinagoga de Manhattan. Esto ocurre cuando la comunidad judía argentina pide aclarar si son ciertos los dichos antisemitas atribuidos al jefe del Ejército, general Roberto Bendini. Ese día, el Presidente disertará en el New School University, junto al economista Joseph Stiglitz, famoso crítico de la política del FMI. Allí el Presidente podrá descargar su retórica sobre la responsabilidad del organismo en la crisis argentina. Tal vez entonces se conozca parte del durísimo texto que pensaba leer ante la ONU si el directorio del Fondo no hubiese aprobado en Dubai el acuerdo con la Argentina.
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