Sin fe en el sistema Editorial Buenos Aires Herald
Las elecciones de hoy en Santa Fe prometen ser casi tan reñidas como la segunda vuelta del domingo que viene por el gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, pero para muchos la cuestión central no es quién surja ganador en el sistema electoral, sino este sistema mismo. Debido a la ley de lemas con internas y elección en el mismo acto, se presentan nada menos que 46.632 candidatos para los variados niveles de elecciones (para gobernador, legislativas y municipales): si estos candidatos vivieran todos en el mismo lugar, esa ciudad sería la séptima más grande en toda la provincia. Lo peor todavía está por venir, con el recuento de votos esta noche: cualquier ventaja que haya podido alguna vez tener el sistema para permitir que todas las votaciones se re-alicen el mismo día, y permitiendo al común de los votantes imponer sus preferencias por sobre los aparatos partidistas, la inmanejable pesadilla por delante seguramente producirá un unánime clamor en pos del cambio electoral. Empero, la contienda en sí tiene sus aspectos de interés e importancia para definir el rostro político del país que el presidente Néstor Kirchner debe gobernar durante cuatro años. No por primera vez, Kirchner debe optar entre partido e ideología: el gobernador santafesino de 1995-99, Jorge Obeid, parece ser su favorito entre los diversos peronistas en ca-rrera, mas el intendente socialista de Rosario, Hermes Binner, parece más cercano a la política de centro-izquierda de Kirchner. El único otro candidato tomado en serio es otro peronista, el presidente de la legislatura Alberto Hammerly, quien tiene el apoyo del saliente gobernador Carlos Reutemann (que se candidatea al Senado), pero con las inundaciones y males generalizados de estos últimos años, Reutemann parece ya una fuerza agotada en la provincia. Virtualmente todo observador espera que Binner (apoyado por la ex-candidata presidencial del ARI, Elisa Carrió, quien casi arrasa en la provincia el 27 de abril) sea el candidato más popular, pero la suma total de todos los peronistas, según la mayoría de las encuestas, estaría por delante: aun cuando por sólo un pequeño porcentaje (al menos una de las encuestas incluso muestra a Binner como ganador directo). Un resultado que vaya a ungir como go-bernador a un candidato con menos votos que un rival bien podría causar malestar. Como peronista de centro-izquierda, a Kirchner le resultará fácil presentar una victoria de Binner, de Obeid o incluso de Hammerly como triunfo personal, mas el veredicto influirá en la naturaleza de su base de poder y, por ende, su curso de acción en general. La votación de hoy, en el tercer distrito electoral de la nación, es entonces importante. Go to top Back to editorial
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